El aumento del nivel del mar es una de las principales consecuencias del cambio climático. Se estima que desde 1880, los niveles del mar han subido 23 centímetros, y casi la mitad de esos centímetros han aumentado en los últimos 25 años. Por si esto no fuera poco, nuevos estudios muestran que el ritmo del nivel del mar se está acelerando y se espera que, en Estados Unidos, aumente 30 centímetros de aquí a 2050.
Sin embargo, esta paulatina subida del nivel del mar, casi inapreciable al ojo humano, está provocando un fenómeno inesperado: los bosques de fantasmas. Estas son grandes extensiones de árboles muertos que marcan el colapso silencioso de antiguos ecosistemas forestales.
En Estados Unidos, miles de hectáreas pobladas por cedros, cipreses y robles han sucumbido ante el aumento de la salinidad de los suelos, provocando estampas desoladoras, con troncos y vegetación seca y sin corteza, lejos del aspecto vivo y verde que, seguramente, tendrían no hace tanto.

Algunos bosques pueden convertirse en marismas salinas
La principal causa de esta transformación es la salinización del terreno. Cuando el agua marina penetra en las capas inferiores de la tierra, altera el equilibrio del acuífero y a las raíces de agua dulce. Si el bosque muere, este proceso es irreversible, según los expertos.
No obstante, este colapso forestal no siempre desemboca en un bosque estéril. En algunas áreas muertas, estos terrenos se convierten en marismas salinas que son capaces de amortiguar tormentas y albergar una gran diversidad de fauna.
De todos modos, esa situación de reemplazo no sucede en la mayoría de los casos. Si el agua salina penetra rápidamente en la tierra, esos ecosistemas no tienen tiempo para convertirse en marisma, sino en bancos de lodo sin vegetación o en colonias de especies invasoras.