La gestión del arbolado en núcleos urbanos es un reto al que se enfrenta la administración local. La plantación de árboles en el entorno urbano debe realizarse de forma planificada, intentando huir de la presión pública, para evitar la alta mortalidad de los ejemplares. Deben ser los equipos técnicos los que justifiquen las decisiones de plantación, arranque o eliminación de ejemplares.
Así evitaremos polémicas que a veces difunden los medios de comunicación sobre plantaciones de árboles fallidas que responden a una falta de planificación, a urgencias para contentar a la opinión pública o a necesidades puntuales como la inauguración de nuevos equipamientos.

En este post abordaremos, principalmente, cómo encarar las nuevas plantaciones de ejemplares, sobre todo de alineaciones o grupos, para evitar las marras; pues la reposición de ejemplares muertos aislados tiene un margen de actuación muy estrecho.
Qué debemos tener en cuenta para evitar marras
Los objetivos de las nuevas plantaciones de árboles en núcleos urbanos deben estar recogidos en planes directores o planificaciones similares que tengan en cuenta la idiosincrasia propia de la ciudad, los criterios de zonificación y los problemas particulares que pueden surgir con el desarrollo del arbolado. Tener en cuenta estos aspectos y los que detallamos a continuación evitará la aparición de problemas que deriven en marras:
- Planificación con las correctas elecciones de especies y ubicaciones, así como la búsqueda de la mejor calidad de planta posible
- Realización correcta de la plantación y tareas asociadas
- Seguimiento y cuidados post plantación

Aplicar estas líneas de actuación, bajo criterio técnico, reducirá el porcentaje de fallos tanto en el momento posterior al plantado, como a corto plazo, y facilitará la gestión y la sostenibilidad del arbolado de las ciudades.
Analizar en el entorno
Antes de abordar la primera de las fases, la selección de la tipología de las plantaciones, debemos tener en cuenta condiciones comunes en el entorno urbano, de por sí hostil al árbol:
- Posibilidades del alcorque (medidas, profundidad, calidad del sustrato, facilidad de modificación en su caso…)
- Instalaciones a tener en cuenta a lo largo del desarrollo del árbol (siempre pensando en el árbol adulto) como canalizaciones, líneas de cableado, gas etc., tanto presentes como previsibles en el futuro
- Criterios urbanísticos como cercanía a edificios, calles encajonadas, posibles islas de calor, búsqueda o control de corrientes de aire, pantallas de sonido
- Cercanía a vías, zonas industriales o infraestructuras significativas como monumentos o elementos singulares
- Zonas de posible conflicto entre vehículos, peatones, bicicletas, tanto actuales como potenciales en un futuro
- Señalética actual o prevista.
- Otras condiciones especiales del lugar de plantación
Selección de especies a plantar
Estas condiciones, analizadas técnicamente dentro del contexto aportado por los planes directores, y tratados con herramientas informáticas de gestión de superficies y geolocalización, deben facilitarnos la selección de especies a plantar y el número de ejemplares.
Para esta elección también es necesario estudiar con cuidado la taxonomía, así como la procedencia, distribución y estado vegetativo, porte y dimensiones posibles y/o deseables y morfología de la especie a plantar. Sin olvidar la tolerancia al clima, el emplazamiento, la resistencia a las condiciones edáficas, las posibilidades de manejo (podas, riego, posibles alergias, presencia de hojas, frutos o semillas) y las condiciones ornamentales que se persiguen.

Una vez elegida la especie, la plantación exige una adecuada planificación de las condiciones espaciales, con el marco, la tipología necesaria para el alcorque y tener en cuenta el riego y, en su caso, los posibles elementos de cubrición del mismo.
Ejecución de la plantación
Una vez se han dilucidado estas circunstancias previas, llegamos a la fase de la ejecución de la plantación, que tiene la misma importancia que la fase anterior a la hora de optimizar las posibilidades de supervivencia y reducir las marras.
En este momento debe realizarse la correcta ejecución del alcorque. Según los criterios antes mencionados y según las condiciones presentes en el suelo, será el momento de hacer correcciones o enmiendas. Hay que prestar especial atención a la recepción y la evaluación de la calidad de la planta, así como a la conservación entre los intervalos de la plantación y la preparación, teniendo especial cuidado con el cepellón y otros elementos de estabilización y transporte. En este proceso interviene de forma crucial la época del año en la que se lleva a cabo, ya que condiciona la manera en la que se realiza.
Plantación de ejemplares y cuidados
En la fase de plantación hay que tener especial cuidado con la altura de cuello y el excesivo compactado y la colocación de tutores y ataduras que garantizan la solidez estructural y la estabilidad.
Los cuidados posteriores, con inspecciones frecuentes, incluyen supervisar los riegos necesarios, las operaciones de ajuste y enderezado, la vigilancia del estado fitosanitario y la eliminación de malas hierbas.
En la reducción de las marras en el entorno urbano intervienen la ejecución correcta de los trabajos en todas las fases analizadas y el cumplimiento de los planes directores como herramienta integradora y de planificación.
El entorno urbano es hostil al árbol, por lo que cuidar y respetar el patrimonio arbóreo es tarea tanto de técnicos como de todos los agentes que forman parte del desarrollo de las ciudades y núcleos de población.