Pau Grifoll

Arborista y CEO de Pauchamama.arb

Llevo tiempo pensando que cada vez me cuesta más andar por las ciudades. Cambiamos la diversidad de animales por diversidad de marcas de coches, el andar acolchado de los prados por el duro cemento, los vivos colores de la naturaleza por el gris, el cantar de los pájaros por ruidos, en definitiva, cambiamos el vivir en un estrés. Quitamos lo orgánico y sus beneficios y en su sitio pusimos la rectitud, la producción, la desnaturalización de lo natural.  

Con esto me di cuenta de que algo estaba pasando en el ecosistema, que lo que estábamos haciendo está muy lejos de lo natural, y que cada parte de este ecosistema repercutía directamente en todas sus partes. Entonces entendí que el árbol no podía ser comprendido como un solo organismo, sino como un ecosistema entero. En él encontramos plantas, hongos, insectos, pájaros, incluso humanos buscando aire limpio y sombra. Cada uno de estos organismos y microorganismos aportan un beneficio al equilibrio ecosistémico. Entonces, cuando trabajamos con un árbol, no trabajamos solo con un organismo simple, sino con uno de muy complejo que nos afecta directamente. Por lo que, toda actuación en una de esas partes va a tener una respuesta en el todo. De ahí la importancia de poder ver al árbol con una mirada amplia y no simplista. 

Aprendí que la biodiversidad tiene unos beneficios incalculables para nosotros. Beneficios como la mejora de los procesos de polinización, el control de plagas y enfermedades, una mejor calidad del aire y del agua, un clima estable, suelos más fértiles. Además de estar ya demostrados sus múltiples beneficios para la salud física y mental de las personas.  

A pesar de todo esto, nuestro trabajo como arboricultores nos lleva a cortar árboles muchas veces por conflictos con la convivencia humana.  

Descubrí en Suecia y Alemania otra concepción de los árboles, observé que la biodiversidad tenía su lugar en las ciudades, dejando ciudades de colores y vivas, y no grises y sin vida.  

Pongo en contexto, cuando una rama se desgarra o un árbol se parte de forma natural, quedan unas roturas con astillas abiertas, éstas son espacios útiles para el hábitat de microorganismos. Al contrario que cuando hacemos un corte con motosierra o serrucho, que aparentemente le será más fácil compartimentar, pero más difícil de generar vida. Observando esto y, sobre todo, observando a árboles veteranos, se empezó a experimentar en UK (años 90, Roy Finch y Ted Green) con actuaciones en los árboles a modo de roturas. Esto se llevó a cabo viendo que el árbol veterano no era solo un árbol, sino que era el punto de reunión y creación de biodiversidad, un ecosistema entero. La madera seca y su descomposición atrae a hongos e insectos, las cavidades dan espacio a cobijos para otros animales como pájaros. 

Las prácticas que empezaron a salir de allí, y otras, nos pueden ayudar a mantener todos estos beneficios, y así también, naturalizar las ciudades.  

La poda por rotura es ir rompiendo manualmente las ramas que hay previsión de cortar de diámetro pequeño.  

El «coronet cut», una técnica que mejora la biodiversidad

El “coronet cut” es la técnica que utilizamos cuando no podemos romper fácilmente la rama, realizamos unos cortes transversales con tal de simular una rotura, esto se puede hacer en cortes grandes o también cuando realizamos una tala. En este último caso, en vez de talar el árbol hasta el suelo, podríamos dejar un monolito a modo de nicho biológico, de 3 a 5 metros, dependiendo del entorno. Con esto nos aseguramos de que haya un tronco sin riesgo asociado, y al mismo tiempo, damos espacio al hábitat de microorganismos que nos ayudaran a mejorar la biodiversidad del espacio.   

¿A la vez, porque sacar la madera que tenemos que cortar?  

Incluso podríamos hacer acopios de madera para hoteles de insectos, o crear cajas nidos de pájaros en los mismos árboles.  

Podríamos crear parques efímeros que permitan hacer juegos de psicomotricidad para los niños, y que nos permitan enseñar como la biodiversidad y el ecosistema va haciendo su trabajo con el tiempo.  

En estos países nombrados podemos encontrar todo esto, e incluso árboles balizados en un buen perímetro para reducir el riesgo de daños personales en caso de rotura, porque se prioriza la importancia al beneficio de la biodiversidad. A la vez, en todas estas actuaciones, podemos encontrar cárteles explicativos de qué es aquello que vemos. 

Como todo, son propuestas que deben ser estudiadas en cada caso, no es aplicable a todos los árboles ni en todos los entornos.  

Solo son ideas, observadas y puestas en práctica alrededor de Europa. Porque nuestro trabajo debería ir más allá de cortar un árbol, deberíamos ver y transmitir la importancia de la biodiversidad asociada al árbol.  

Porque no es solo madera seca y antiestética, ni tampoco son solo bichos y plantas, es un mundo entero y es nuestro futuro.  

¡Muchas gracias por suscribirte!

Hay algo para ti en tu bandeja de entrada 😉  

(Si no lo encuentras, entra en la carpeta de Spam o No deseados. A veces van a parar ahí). 

¡No te pierdas lo último
en el sector forestal!

Suscríbete a nuestra newsletter y recibe en tu bandeja de entrada novedades exclusivas para profesionales como tú.